viernes, 3 de diciembre de 2010

Mi vida en una isla sin carreteras








La verdad que nunca pensé vivir en un sitio como este, a veces parece que estoy viviendo en la serie Lost y en cualquier momento me sale el "humo" asesino detrás de un arbol. Esta es una isla pequeña, y la zona habitada mas pequeña todavía, escasamente un par de cientos de casas si por casas entendemos 4 palos y 2 chapas a modo de tejado y todas ellas enlazadas con una decena de callejuelas de adoquín, porque en esta isla señores no hay calle ni estrada ni rua, no hay coches no hay carreteras!

Trabajo de vez en cuando pero lo justo para permitir un divertido balance entre disfrutar del buceo y del resto de actividades que me propongo en la isla y es que estoy hecho un deportista!! salgo en kayak a menudo al remo con Baptiste mi compañero deportivo en estas maratonianas jornadas de expedicionarios marinos e igualmente de tanto en tanto nos aventuramos por la selva. Ha sido hoy mismo cuando en nuestra 3 aventura senderista a través de esta jungla de grandes árboles repletos de hiedras y monos, cuando por fin hemos agotado los 4 rincones que tiene la isla incluidas sus numerosas y cerradas bahias, probablemente la mayor de las maravillas que la orografía de la isla ofrece. Ya no queda pidra por levantar al terminar la tercera jornada y me iré de la isla tranquilo diciendo que he visto hasta el útimo mono!.


Espectaculares spots de snorkel, frondosos caminos entre la maleza de la jungla, serpientes a nuestros pies y monos sobre la cabeza, tiburones puntas negras bajo buestro kayak y es que aqui la naturaleza se vive en estado puro, tan solo lamentar la mierda que dejan muchos turistas a su paso y que la primitiva industria de turismo local todavía no sabe gestionar. Todo es bello por aquí y disfrutarlo es mi misión hasta que en unas semanas me vuelva a España a pasar el frio invierno. No dejaré ni un pedazito de la isla sin grabar en mi retina y prometono olvidar que durante 3 meses viví en una isla sin carreteras.